Entrada de blog
Funcionarios de Georgia se apresuran a explicar la destrucción de registros electorales
Asuntos relacionados
El secretario de estado de Georgia, Brian Kemp, acusó a la agencia estatal que programa y administra los sistemas de votación del estado de “conducta inexcusable o incompetencia grave”.
Pero a pesar de la “innegable ineptitud” de los administradores del sistema de votación del Centro de Sistemas Electorales de la Universidad Estatal de Kennesaw –que responden a Kemp– “las elecciones de Georgia son seguras y nuestros sistemas siguen siendo seguros”, insistió Kemp el jueves.
Buena suerte intentando conciliar esas afirmaciones.
Los gestos verbales de Kemp se desencadenaron a raíz de los informes de esta semana de que los datos de votación almacenados en un servidor informático de la KSU habían sido destruidos a principios de julio. El servidor es una pieza de prueba fundamental en una demanda que cuestiona la seguridad y la precisión de la maquinaria electoral de Georgia.
Kemp es uno de los acusados en la demanda. Aunque la ley de Georgia otorga a su oficina la responsabilidad de supervisar los sistemas electorales estatales, Sara Henderson, directora ejecutiva de Common Cause Georgia, señala que Kemp ha negado repetidamente su participación en las decisiones de la universidad sobre la seguridad de las máquinas de votación.
“Georgia no está creando un clima de integridad electoral para nuestros ciudadanos al seguir culpando a otros”, dijo Henderson a Associated Press.
La demanda impugna los resultados informados de una elección especial celebrada en junio en el sexto distrito de Georgia.El Distrito del Congreso. La reñida carrera para reemplazar al ex representante estadounidense Tom Price fue ganada por la candidata republicana Karen Handel, quien asumió el cargo poco después de que la oficina de Kemp certificara los resultados.
Antes de la votación, Common Cause pidió a Kemp y a otros funcionarios de Georgia que llevaran a cabo la elección especial utilizando papeletas de votación, que pueden ser auditadas después del día de la elección para garantizar que el ganador del recuento inicial de votos haya recibido realmente la mayoría de los votos. El estado rechazó la solicitud y utilizó máquinas de votación electrónica que no producen ningún registro en papel y que han demostrado ser vulnerables a los ataques de piratas informáticos.
Los demandantes en el caso sostienen que un servidor mal configurado en el centro de KSU expuso más de 6,5 millones de registros de votantes y otra información que podría usarse para alterar las declaraciones.
Los funcionarios de la KSU insistieron esta semana en que el FBI copió los datos del servidor poco después de las elecciones del 20 de junio y que el servidor fue devuelto al Centro de Sistemas Electorales. Como el FBI concluyó que el servidor no había sido atacado, los funcionarios de la KSU borraron los datos y se prepararon para utilizar el servidor con otros fines, añadió la universidad. Cuando Associated Press se puso en contacto con ellos, los funcionarios del FBI en Atlanta se negaron a comentar si todavía tienen los datos.
###