Las negociaciones presupuestarias combinan lo mejor y lo peor de nuestro sistema de gobierno. Representantes con diferentes filosofías y prioridades presupuestarias —y diferentes ambiciones— deben enfrentarse entre sí y buscar un acuerdo.

El gobernador Andrew Cuomo y los líderes legislativos han trabajado arduamente esta semana, a puertas cerradas en una sala de reuniones del capitolio estatal para repartir más de $1,370 millones en programas que afectarán a los 20 millones de neoyorquinos.

Es una escena extraña. El Capitolio está inquietantemente silencioso, los pasillos están casi vacíos de legisladores y personal. De vez en cuando se corre la voz por Twitter y mensajes de texto de que los líderes se reunirán con el gobernador en el segundo piso; la noticia hace que el cuerpo de prensa de Albany salga volando de sus oficinas del tercer piso y baje por la “Escalera del Millón de Dólares” para realizar una vigilia frente a la puerta de la sala de reuniones. Los defensores de diferentes temas, incluido yo, nos unimos a la multitud. Los veteranos entre nosotros nos quedamos de pie y bromeamos sobre las negociaciones pasadas y reflexionamos sobre dónde podemos encontrar restaurantes buenos y baratos en Albany.

Cuando se abre la puerta, los periodistas se lanzan hacia adelante con las grabadoras en la mano. Las luces de los televisores se encienden y se apagan cuando todo el mundo ve que sólo se trata de un miembro del personal con un montón de papeles. Unos minutos más tarde, aparece el líder republicano del Senado; los periodistas se agolpan a su alrededor, haciendo preguntas que el líder responde vagamente, si es que responde. La escena se repite para cada uno de los tres líderes legislativos. Me quedo cerca para que me vean, para recordarles a los jugadores la importancia que Common Cause —y cientos de miles de neoyorquinos cansados de la política de siempre— le dan a las elecciones justas.

Los defensores de la coalición Fair Elections se reúnen en la antesala del Gobernador, conocida como la Sala de Guerra. Enviamos alertas por correo electrónico a nuestros miembros, atendemos llamadas de prensa, observamos las publicaciones de Twitter y, a veces, recibimos llamadas de legisladores o miembros del personal que brindan actualizaciones sobre las discusiones. De vez en cuando, uno de nosotros se va a una entrevista de televisión o radio o a reunirse con un miembro. Es un momento intenso y centrado, con una gran dosis de "apúrate y espera". Pero en la elaboración de salchichas que es la negociación del presupuesto final, hemos dejado en claro a los líderes que estamos luchando por una larga batalla. Estamos disponibles para discusiones, negociaciones, ayuda con la redacción del lenguaje, cualquier cosa que ayude a mantener vivo el plan de financiamiento de la campaña Fair Elections.

Al menos hasta ahora, nuestros esfuerzos parecen estar dando frutos. Todo indica que el tema de las elecciones justas sigue siendo parte de las discusiones y que aún se está negociando. Nunca hemos estado tan cerca de lograr el éxito en esta cuestión en Nueva York.

Así que nos quedamos en el Capitolio, todo el día y hasta bien entrada la noche, porque no basta con que se discuta sobre el tema. Necesitamos que se adopte un plan de elecciones justas viable para todos los cargos incluidos en el presupuesto. Y estar presente es la mejor manera de ayudar a que eso suceda.

¡Llame al Gobernador Cuomo al 518-474-8390 y al Senador Klein al 581-455-3595 y exija que cumplan sus promesas sobre el financiamiento público de las elecciones!