Aquí está la mala idea del día, de la semana y, muy posiblemente, del año.

El representante estadounidense Ron DeSantis, republicano por Florida, quiere que el Congreso corte la financiación a la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre la posible participación de la campaña de Trump en la intromisión rusa en las elecciones de 2016.

DeSantis ha presentado una enmienda a un paquete de gastos federales que se espera que la Cámara considere cuando vuelva a reunirse la próxima semana; la propuesta pondría fin a la financiación de la investigación seis meses después de su aprobación y ordenaría a Mueller no investigar “asuntos ocurridos antes de junio de 2015”, cuando Trump lanzó su campaña.

Mueller, ex director del FBI, ha reunido a un experimentado equipo de investigadores y ha designado a un gran jurado en Washington para que escuche las pruebas sobre la actividad electoral de Rusia. Los informes publicados indican que la investigación se ha ampliado para incluir los negocios realizados en Rusia por las empresas inmobiliarias del presidente, así como la posible colusión de la campaña de Trump con la interferencia del gobierno ruso en las elecciones.

Otros miembros del Congreso están impulsando una legislación que impediría al presidente despedir a Mueller y prohibiría a los líderes del Departamento de Justicia interferir en la investigación. El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, cuyo asentimiento probablemente sería necesario para que la propuesta de DeSantis llegue al pleno de la Cámara, dijo en junio que “el mejor consejo es dejar que Robert Mueller haga su trabajo”.

El fiscal general Jeff Sessions, uno de los principales asesores de Trump durante la campaña, se ha retirado de la investigación; el adjunto de Sessions, Rod Rosenstein, se ha comprometido a proteger la independencia de Mueller.

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