Publicado originalmente en IndyStar.

El año pasado fue bueno para Alexander Hamilton. El padre fundador de $10 sin padre, secretario del Tesoro y héroe de la Guerra de la Independencia es el protagonista de un musical de gran éxito que ha revitalizado el interés por su vida y ha hecho maravillas por su legado.

Un héroe diferente de la generación fundadora, Elbridge Gerry, nacido hace 272 años, no ha tenido tanta suerte. Gerry firmó la Declaración de Independencia, fue un defensor clave de la Carta de Derechos, vicepresidente de Estados Unidos y gobernador de Massachusetts. Todos estos logros han sido eclipsados por una decisión que tomó mientras era gobernador: Gerry aprobó los distritos del Senado estatal de Massachusetts en 1812, que dividían el estado de una manera perversamente artística para asegurar el control demócrata-republicano de la cámara y frustrar a sus oponentes federalistas. Una caricatura del Boston Gazette comparó uno de los distritos con una salamandra y llamó a la nueva criatura un gerrymandering. La etiqueta se mantuvo y hoy, gerrymandering sigue siendo el término preferido para describir el trazado de distritos legislativos para obtener ventajas políticas.

Los habitantes de Indiana están muy familiarizados con esta práctica antidemocrática. Este año, los distritos de la Asamblea General que nuestra legislatura ha trazado para sí misma privarán a los votantes de opciones en las urnas. Los votantes del 46 por ciento de los distritos legislativos estatales verán en la boleta a un solo candidato de un partido mayoritario, porque ningún candidato del otro partido decidió que valía la pena intentar ganar. Faltan todavía cuatro meses para el día de las elecciones y los resultados de casi la mitad de nuestras contiendas legislativas estatales ya se han decidido.

La manipulación de los distritos electorales tiene consecuencias preocupantes para la democracia y la economía de Indiana. El año pasado, la legislatura aprobó la llamada “Ley de Restauración de la Libertad Religiosa”, que permitió una mayor discriminación contra los miembros de la comunidad LGBT. La reacción en Indiana y en todo el país fue inmediata y vergonzosa. Gracias a las acciones de legisladores extremistas que representan distritos diseñados para no ser competitivos, Indiana parecía ser la capital nacional de la intolerancia y el fanatismo. Las empresas han amenazado con retirar congresos y grandes eventos deportivos del estado, al tiempo que exigen una solución legislativa que prohíba la discriminación. En respuesta, los legisladores no han hecho nada. Buenos empleos, además de millones de dólares en ingresos de empresas y turismo, siguen en peligro porque la Asamblea General no tiene ningún incentivo político para corregir su costoso error.

Indiana puede hacerlo mejor. Otros estados han ideado soluciones que quitan poder a los políticos y se lo devuelven a la gente. En todo el país, los estadounidenses que defienden una representación justa ahora tienen el viento a favor. En Indiana, tenemos una gran oportunidad de reforma a través del Comité Provisional Especial sobre Redistribución de Distritos, que es un grupo de legisladores y ciudadanos que actualmente están trabajando para redactar una propuesta de reforma para presentarla durante la sesión legislativa de 2017.

La Coalición de Indiana para la Redistribución Independiente de Distritos fue fundada por Common Cause Indiana y la Liga de Mujeres Votantes de Indiana en 2014 y ha crecido hasta incluir a más de una docena de organizaciones, todas trabajando por un proceso de redistribución de distritos que elimine el conflicto de intereses inherente a poner a los legisladores al mando de la redistribución de distritos. No será una tarea fácil, pero el impulso para la reforma está cobrando fuerza. Necesitamos que todos los ciudadanos preocupados por el futuro de Indiana se unan a nuestra lucha por distritos justos.

En 2015, la Corte Suprema confirmó el derecho de los ciudadanos a crear comisiones independientes de redistribución de distritos. En su dictamen, la Corte afirmó que “las manipulaciones partidistas de los distritos electorales son incompatibles con los principios democráticos”. Esta decisión protegió a las comisiones independientes de redistribución de distritos creadas por los votantes en Arizona y California, además de las reformas en otros estados.

La vida de servicio de Elbridge Gerry se ha reducido a una palabra —un error— que debería haber seguido el mismo camino que la brujería y las pelucas empolvadas hace mucho tiempo. Es poco probable que “Gerry el musical” llegue a Broadway, pero restaurar el buen nombre de Gerry poniendo fin a la manipulación de los distritos electorales antes de su próximo cumpleaños parece un buen premio de consolación.