Este bien podría ser el último suspiro de la Internet abierta, ya que la mayoría de las grandes empresas de telecomunicaciones en la FCC decreta en su lugar la Internet del guardián, un mundo sombrío de monopolio, comercialismo y conspiración que restringe la democracia y subvierte totalmente la promesa de lo que podría haber sido. 

Los votantes de todo el país se están alzando contra el papel injusto, inmoral e indecoroso del dinero corporativo en nuestro sistema político. Están hartos del corporativismo descarado que se exhibirá en las elecciones de mañana. Los votantes recordarán esto durante mucho tiempo y la mayoría seguramente lamentará haber cerrado la Internet abierta. 

Aún hay tiempo para dar marcha atrás, pero, por desgracia, cuesta imaginar que Ajit Pai cambie de rumbo y vote en favor del interés público sobre la neutralidad de la red. Hasta ahora, se ha ignorado la voluntad del pueblo estadounidense en beneficio de intereses especiales con mucho dinero.