Esta noche, bajo la dirección del líder de la mayoría Mitch McConnell, los republicanos del Senado causaron un daño profundo al Senado y a la Corte Suprema de los Estados Unidos. Subvirtieron la obligación constitucional seria y deliberativa que nosotros (y muchos otros) llamado Hace apenas 38 días, los republicanos del Senado se apresuraron a aprobar las audiencias del Comité y se burlaron del principio de consejo y consentimiento al imponer la nominación de la jueza Amy Coney Barrett como nombramiento vitalicio solo ocho días antes de que los estadounidenses terminaran de votar y después de que más de 60 millones de estadounidenses ya habían votado. Al hacerlo, los republicanos del Senado excusaron sus respuestas incompletas a preguntas básicas, poniendo reparos a si “el cambio climático está sucediendo” (sí lo está) y si la intimidación de los votantes viola la ley federal (sí lo hace). Acallaron el “más ferviente deseo” de la jueza Ginsburg de que se considerara su reemplazo después de las elecciones. Y lo hicieron a expensas de millones de estadounidenses que sufren la pandemia del coronavirus y que necesitaban desesperadamente que el Senado negociara y aprobara la legislación de alivio de la COVID.