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Reformar la Ley de Recuento Electoral, un paso necesario para respetar los resultados electorales
Los estadounidenses merecen saber que sus votos serán contados y que sus voces serán escuchadas en nuestras elecciones. La reforma de la anticuada Ley de Recuento Electoral es un paso importante para salvaguardar los resultados de unas elecciones libres y justas. El presidente Trump y sus asociados estuvieron excepcionalmente cerca de planear un derrocamiento de las elecciones de 2020, cuando el 6 de eneroEl Las audiencias del Comité Selecto lo han dejado claro. Lo hicieron en parte haciendo afirmaciones falsas sobre cómo el Congreso debería cumplir con sus deberes de certificación de las elecciones presidenciales, incitando a una turba violenta y convenciendo a 147 republicanos del Congreso para que votaran a favor de anular las elecciones. Parte de esta trama incluía poner a prueba disposiciones arcanas de la ley que deben modernizarse y aclararse antes de que vuelva a suceder.
El Senado debe examinar cuidadosamente la propuesta presentada hoy por un grupo bipartidista de senadores. Su presentación demuestra un consenso bipartidista significativo sobre la necesidad de abordar esta cuestión.
La reforma de la Ley de Recuento Electoral, por importante y necesaria que sea, no aborda plenamente las amenazas a una democracia inclusiva y representativa, incluida la ola de leyes electorales racialmente discriminatorias que se han introducido en todo el país, y este proyecto de ley no sustituye a una legislación integral sobre el derecho al voto. El Congreso también debe aprobar leyes para garantizar la libertad de voto de todos los estadounidenses, incluida una legislación para reparar y fortalecer la Ley de Derecho al Voto y establecer normas justas para la administración de elecciones a nivel nacional.
El 6 de enero fue una advertencia que no se puede ignorar. No actuar no es una opción y pone en peligro el futuro del país.
Aprendimos de Trump que nunca más se puede dar por sentado que un candidato que pierde una elección pueda transferir pacíficamente el poder. El Congreso debe tomar medidas para garantizar que en Estados Unidos los votantes –y sólo los votantes– decidan el resultado de nuestras elecciones.
Nuestros representantes en Washington deben actuar ahora para garantizar no sólo la libertad de votar, sino también que cada voto sea contado y que nuestros funcionarios electos, elegidos por "nosotros, el pueblo", presten juramento en sus cargos.