El Senado del estado de Nuevo México tomó un poco de la historia para sí mismo y para el estado el sábado al pedir al Congreso que apruebe una enmienda constitucional que ponga a los votantes, no a los grandes donantes, en el centro de nuestras campañas políticas y elecciones, dijo Common Cause hoy.

“Esta es una gran victoria para la acción ciudadana. Con esta votación, y la victoria de la semana anterior en la Cámara de Representantes del estado, Nuevo México se suma a Hawái como los primeros estados en dar voz formal a la frustración que sienten millones de estadounidenses por el intento de apoderarse de nuestras elecciones por parte de los súper ricos y las grandes corporaciones”, dijo el presidente de Common Cause, Bob Edgar.

“El Congreso debe escuchar y responder a este apoyo popular a una enmienda constitucional que declare que las corporaciones no son personas, el dinero no es expresión y el gasto político está sujeto a límites razonables”, agregó.

A través de Amend 2012, una campaña nacional lanzada el mes pasado, Common Cause está presionando para que se tomen medidas similares en otras legislaturas estatales y para que se presenten propuestas electorales que permitan a los votantes hablar –en las urnas– sobre la necesidad de una enmienda constitucional que revierta la decisión de la Corte Suprema de 2010 en el caso Citizens United.

La campaña Enmienda 2012 se centra en conseguir la iniciativa de los votantes y referendos a través de los cuales los ciudadanos podrían instruir a sus representantes en Washington para que aprueben una enmienda y la envíen a los estados para su ratificación.

El fallo de la corte, que contó con 5 votos a favor y 4 en contra, revocó un siglo de leyes que prohibían a las corporaciones utilizar sus tesoros para apoyar u oponerse a candidatos políticos. Les permite gastar cantidades ilimitadas de dinero en actividades de promoción política y se espera que genere cientos de millones de dólares en gastos corporativos para las elecciones de 2012.

“Los estadounidenses comprenden que Citizens United conducirá inevitablemente a un gobierno más corrupto, ya que los candidatos sienten la presión de dar a las corporaciones y otros grandes donantes un retorno de sus inversiones”, dijo Edgar. “El próximo presidente y el Congreso deben abordar esta cuestión y poner bajo control el gran dinero”.