Hace cuarenta y seis años, John W. Gardner, un republicano cuyo sentido del deber hacia el país lo llevó a aceptar un puesto en el gabinete de un presidente demócrata, tuvo una idea simple pero poderosa: los ciudadanos que participan en el proceso democrático pueden marcar la diferencia. “Queremos que los funcionarios públicos tengan literalmente millones de ciudadanos estadounidenses observando cada movimiento que hacen”, escribió Gardner. “Queremos que suenen los teléfonos en Washington, en los capitolios estatales y en los ayuntamientos. Queremos que la gente observe e influya en cada movimiento que hace el gobierno”.
La carta de Gardner dio origen a Common Cause; su idea sigue animando nuestro trabajo, incluido este Scorecard de la democracia de 2016. El Scorecard está orientado a resolver problemas que han desequilibrado nuestra democracia. Refleja un compromiso de garantizar que todas las voces puedan ser escuchadas en nuestra política y que todos jueguen con el mismo conjunto de reglas de sentido común. El Scorecard proporciona datos sobre cada miembro del Congreso en función de su patrocinio o copatrocinio de proyectos de ley que endurecerían los requisitos de divulgación de las contribuciones y los gastos políticos y acabarían con el poder del gran dinero en nuestras elecciones mediante la creación de un fondo público especial para complementar las pequeñas contribuciones de los individuos.
Otros proyectos de ley sobre financiación de campañas que se incluyen en el paquete arreglarían el sistema de financiación pública de las campañas presidenciales, arrojarían luz sobre el gasto político de las empresas para que los accionistas entiendan cómo se gasta el dinero, revocarían la desastrosa decisión de la Corte Suprema en el caso Citizens United y endurecerían la prohibición del gasto político por parte de entidades extranjeras. El Scorecard también incluye proyectos de ley para restablecer disposiciones de la Ley de Derechos Electorales destruidas por la sentencia de la Corte Suprema en el caso Shelby v. Holder, modernizar y mejorar los sistemas de votación, proporcionar un registro automático para que los votantes se agreguen a las listas cuando hagan negocios con cualquier agencia estatal y crear comisiones ciudadanas imparciales para trazar nuevos distritos legislativos y congresuales después de cada censo.
Common Cause publica regularmente este tipo de cuadros de mando en años electorales. Este se diferencia de sus predecesores en que enumera los patrocinios y copatrocinios en lugar de los votos reales. Lamentablemente, el Congreso está ahora tan paralizado que las medidas de reforma de sentido común como las que se enumeran aquí rara vez llegan a votación en la Cámara o el Senado. En la parte de este cuadro de mando que corresponde a la Cámara, pudimos incluir algunas votaciones sobre enmiendas y cuestiones de procedimiento relacionadas con cuestiones de dinero en la política. Esas medidas incluían una enmienda que exigía a las organizaciones de “bienestar social” exentas de impuestos que revelaran sus gastos políticos y otra que autorizaba a la Comisión de Bolsa y Valores a desarrollar una norma que exigiera a las empresas que cotizan en bolsa que revelaran sus gastos políticos.
Los copatrocinios son sólo una métrica, y hay defensores de la reforma democrática en el Congreso que este Scorecard podría no reconocer. A pesar de sus limitaciones, creemos que el Scorecard proporciona una herramienta útil para los ciudadanos preocupados por estos temas. En los últimos meses, hemos enviado a cada oficina del Congreso cuatro avisos con una lista de los proyectos de ley incluidos en el Scorecard; queríamos asegurarnos de que cada miembro del Congreso supiera qué proyectos de ley estaban siendo evaluados. Desde que se enviaron los avisos, se han sumado a estos proyectos de ley un total combinado de más de 250 copatrocinadores.
Instamos a los lectores a que comprueben el desempeño de sus senadores y representantes en los temas tratados en el Scorecard y a que busquen perspectivas múltiples sobre estos y otros temas clave. Siguiendo el espíritu de Gardner, todos los ciudadanos deberían trabajar para exigir cuentas a los poderes públicos haciendo sonar los teléfonos en Washington, en los capitolios de sus estados y en las oficinas de los gobiernos locales para garantizar que el gobierno siempre sea del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.

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