Permite a los usuarios acceder a los servicios que desean sin interferencias de su proveedor de servicios de Internet (ISP).

En 2015, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) codificó de manera integral las protecciones de neutralidad de la red al utilizar su autoridad bajo el Título II de la Ley de Comunicaciones de 1934 para clasificar a los ISP –como Comcast y AT&T– como operadores comunes. Bajo este enfoque, la FCC articuló tres reglas claras que los ISP deben cumplir: (1) no bloquear contenido; (2) no acelerar o ralentizar el contenido; y (3) no participar en esquemas de priorización pagados donde se les podría cobrar a los clientes tarifas especiales por un mejor acceso.

Todos se benefician del intercambio abierto de información que permite la neutralidad de la red, pero estas protecciones son particularmente importantes para individuos y grupos cuyas voces han sido históricamente silenciadas o suprimidas. Internet ha sido una poderosa herramienta de organización de nuestro tiempo, permitiendo que los movimientos de justicia social ganen impulso y un amplio apoyo. Sin la neutralidad de la red, los ISP tendrán la capacidad de censurar o limitar el discurso político en línea, amenazando con detener movimientos como estos.