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Opinión: Reducir la edad para votar no es algo malo

“Los jóvenes anhelan votar y permitirles hacerlo sólo tendría resultados positivos”.

Publicado originalmente en MoCo 360 el 11 de febrero de 2023. 

Existen fuertes divisiones en torno a la idea de reducir la edad para votar. Quienes se oponen a ella suelen estar impulsados por el miedo y tienen reservas sobre el impacto que podría tener permitir que los jóvenes voten, no solo para las comunidades sino para la democracia de la ciudad de Rockville en su conjunto. Quienes se oponen a la idea citan con frecuencia la madurez, el conocimiento y la participación, ya que muchos sostienen que a los jóvenes no les importa votar y, aunque les interesara, no están preparados ni tienen la edad suficiente para tomar decisiones tan importantes.

La historia y la investigación han demostrado que estas ideas son erróneas y que hacerlas realidad tiene sus beneficios. Todas las ciudades quieren residentes activos que tomen medidas en cuestiones importantes, como el control de armas, los derechos reproductivos e incluso la elección de representantes locales. La participación impulsa la democracia, lo que permite que las ciudades crezcan e inculquen mejores protocolos y leyes. Un problema que ha surgido con frecuencia en Rockville es la falta de diversidad en la representación.

A pesar de ser conocida como una de las ciudades más diversas del país, el tamaño del Ayuntamiento no es proporcional al tamaño y la diversidad de la comunidad. La participación ayuda a los residentes a disfrutar realmente de hacer de sus hogares y comunidades un lugar mejor, pero ¿cómo puede la gente participar si quienes ocupan puestos en el Ayuntamiento no abordan, reconocen ni comprenden los problemas que tienen las personas?

En muchas reuniones del Ayuntamiento se ha demostrado que la reducción de la edad para votar permite destacar la diversidad dentro de la comunidad, ya que la participación activa de diferentes grupos de edad, orígenes sociales y raciales y étnicos permite que diferentes perspectivas e ideas se unan y creen soluciones a los problemas que enfrenta la ciudad. De hecho, a los jóvenes de 16 y 17 años les importa la democracia; les importa tanto que muchos optan por participar activamente en la ciudad a través de actos de servicio social y de la búsqueda de empleo.

Muchas otras ciudades de Maryland han logrado reducir la edad para votar a 16 años en las elecciones locales, lo que ha permitido a los jóvenes adquirir el hábito de votar y empezar a adquirir un sentido de importancia en las decisiones de la comunidad. Una de las razones por las que muchos jóvenes deciden alejarse de la política se debe a la idea constante que se les inculca de que su voto no importa y no marcará una diferencia a gran escala. Como joven dispuesto a embarcarse en los desafíos que el mundo le presenta, puede ser desgarrador escuchar que no solo su voz no importa, sino que además a nadie le importa lo suficiente como para querer escucharlo.

Las recientes elecciones presidenciales demuestran que Maryland ha hecho un buen trabajo en cuanto a aumentar la participación electoral, ya que las cifras han aumentado de forma constante desde principios de la década de 2000. Estas estadísticas muestran una perspectiva positiva sobre la importancia que tiene para muchos residentes el deber cívico de votar. Como en todos los demás estados, una de las principales preocupaciones que persisten es cómo podemos hacer que ese porcentaje sea aún mayor, y una de las formas comprobadas de hacerlo es reduciendo la edad para votar. Como han demostrado las investigaciones a lo largo del tiempo, ha habido tasas de participación electoral más altas entre los jóvenes que tienen la oportunidad de comenzar a votar desde una edad temprana. Los buenos votantes se hacen, no nacen. El hábito de votar se refuerza a través de la repetición del acto en sí.

Las conversaciones con varios representantes estatales reafirman la idea de que se trata de un tema importante que no ha logrado tener un precedente en las agendas políticas. No hay un ejemplo concreto que sirva de modelo para esta iniciativa. Sin embargo, Common Cause Maryland ha explorado e investigado los medios a través de los cuales este tema puede ganar impulso y obtener la atención adecuada que merece. A través de entrevistas con jóvenes que tuvieron la oportunidad de votar, encontramos deficiencias en el sistema actual, como la confusión en torno al registro de votantes. Un votante joven que fue entrevistado mencionó que había una falta de promoción hacia los jóvenes y que no había mucha información disponible sobre cómo se llevó a cabo el proceso o qué implicaba.

Durante las últimas elecciones presidenciales, los jóvenes animaron a sus familiares, amigos y compañeros de clase a salir a votar, lo que ayudó a aumentar la participación. Conseguir que la gente participe siempre ha sido una lucha a la que se enfrentan muchas ciudades y estados, pero ahora más que nunca hemos visto cómo un aumento de la participación puede cambiar las comunidades. Los jóvenes anhelan votar y permitirles hacerlo solo tendría resultados positivos.

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