Corporaciones extranjeras

Los intereses extranjeros no deberían poder influir en nuestro sistema político invirtiendo dinero en las elecciones de Massachusetts.

La integridad de nuestras elecciones es esencial para la salud de nuestra democracia.

Incluso en estos tiempos de división, los estadounidenses pueden estar de acuerdo en que los intereses extranjeros no deberían poder influir en nuestro sistema político invirtiendo dinero en las elecciones. Según la ley actual, los gobiernos y ciudadanos extranjeros (excepto los residentes permanentes legales) tienen prohibido gastar dinero en las elecciones estatales.

Sin embargo, una laguna en la ley permite que el dinero extranjero entre en nuestra política a través del gasto político. por corporaciones. Legislación En Massachusetts se cerraría esa laguna.

La decisión de 2010 de la Corte Suprema Ciudadanos Unidos contra FEC Abrió la puerta para que las corporaciones donaran libremente a las campañas estadounidenses. Esto significa que las corporaciones con fines de lucro bajo control o influencia extranjera pueden gastar dinero ilimitado en nuestras elecciones. Por ejemplo, una corporación organizada bajo la ley de Massachusetts podría tener muchos (o solo) ciudadanos extranjeros como accionistas, pero como corporación puede gastar dinero ilimitado para influir en nuestro proceso electoral.

Es una laguna que se explota fácilmente y que hay que cerrar ya.

Aquí en Massachusetts, podemos actuar aprobando una legislación que proteja nuestras elecciones del gasto político de las empresas bajo influencia extranjera. Así es como funciona la ley propuesta: si un solo accionista extranjero posee más del 51% de las acciones de una empresa, no puede gastar dinero para influir en las elecciones de Massachusetts. El cinco por ciento es el umbral a partir del cual se debe revelar la identidad de un solo accionista La Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) considera que la empresa ejerce una influencia significativa en la toma de decisiones de la corporación. Además, cualquier empresa con más de 20% de participación extranjera también se considera influida por extranjeros. Estas medidas garantizarán que la financiación de nuestras elecciones estatales esté protegida de la manipulación corporativa extranjera.

Más allá del efecto práctico de limitar el gasto corporativo en las elecciones, esta prohibición es totalmente constitucional y expondría las contradicciones en Citizens United que pueden ayudar a catalizar el argumento legal para revocarla.

Para que un gobierno autónomo democrático tenga éxito, las elecciones deben ser decididas por quienes viven en el estado y cuya vida cotidiana se verá determinada por el resultado. Aquí en Massachusetts, cuna de la Revolución estadounidense, debemos actuar ahora para proteger la democracia de nuestro propio estado y abrir el camino para fortalecer el sistema de elecciones libres y justas de Estados Unidos.

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