La mayoría de los estados (39, además del Distrito de Columbia) ofrecen ahora a los ciudadanos la oportunidad de registrarse para votar en línea. Desde la perspectiva del estado, ofrecer esta oportunidad tiene mucho sentido: mantiene los padrones electorales más precisos y actualizados, es más barato que el anticuado método basado en papel, es más fácil de administrar para los funcionarios electorales y se puede hacer de forma segura, lo que aumenta la confianza en nuestros sistemas electorales. Existe un consenso generalizado de que el registro de votantes en línea (OVR) sigue siendo una reforma no partidista que no beneficia a ningún partido político en particular ni cambia los resultados electorales. Un análisis de los resultados electorales de los estados con OVR indica que cualquier aprensión de que un estado se vuelva demócrata a republicano o viceversa es infundada. De hecho, la verdadera ventaja se da a los administradores de las elecciones, a los votantes elegibles y al presupuesto del estado. En general, el OVR facilita la administración del registro de votantes, ahorra sustancialmente dinero al estado y al condado y verifica de forma precisa y segura la elegibilidad de los votantes.